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El ecosistema de pagos digitales en Chile continúa expandiéndose con rapidez, impulsado por la innovación tecnológica y la creciente preferencia de los consumidores por canales electrónicos. Según datos de FinteChile, en marzo de 2024 más de 580.000 comercios aceptaban pagos digitales, lo que representa un crecimiento del 28,7 % anual. Esta cifra refleja una transformación estructural: miles de negocios están dejando atrás el uso predominante del efectivo y adoptando herramientas que mejoran eficiencia, trazabilidad y acceso a servicios financieros.
En el contexto latinoamericano, Chile se ha posicionado entre los mercados con mayor dinamismo en la adopción de pagos digitales, impulsado por una infraestructura más madura y un ecosistema fintech en constante expansión. Este avance es coherente con la rápida digitalización del comercio local, que supera el medio millón de establecimientos, y demuestra un entorno favorable para innovar, mejorar la inclusión financiera y fortalecer la competitividad del sistema de pagos.
De acuerdo con Tomás Koch, Director de Compliance de ProntoPaga, el desarrollo normativo es clave para mantener la confianza en los medios de pago digitales. “Chile ha logrado un importante desarrollo tecnológico y un ecosistema de pagos cada vez más sofisticado, pero la regulación no ha evolucionado al mismo ritmo”, señala.
La expansión de las plataformas digitales ha llevado a las empresas del sector a adoptar estándares internacionales y protocolos de prevención más rigurosos para anticipar vulnerabilidades y garantizar transacciones seguras. Sin embargo, este avance contrasta con una regulación que aún no se adapta por completo a las nuevas dinámicas del ecosistema paytech, donde persisten vacíos en áreas como la supervisión de proveedores tecnológicos, la trazabilidad de ciertos procesos operativos y la actualización de estándares de gestión de riesgos.
Frente a este escenario, la coordinación público-privada deja de ser un ideal y se vuelve una urgencia para mantener la estabilidad del sistema de pagos. Hoy, la industria opera con tecnologías que avanzan a una velocidad que la normativa no alcanza; sin un marco institucional articulado, Chile arriesga rezagos en competitividad, seguridad y capacidad de innovación. Una regulación moderna —con reglas claras, estándares actualizados y supervisión acorde a las nuevas dinámicas paytech— es lo que permitiría sostener la transformación digital del país y proteger la confianza de usuarios y comercios.
“Cumplir con la normativa no debería ser un fin en sí mismo, sino el punto de partida para construir un sistema de pagos transparente y preparado para los desafíos que vienen”, agrega Koch.
Contar con un marco regulatorio actualizado se vuelve clave para resguardar la seguridad y competitividad del sistema de pagos. En un escenario donde la industria avanza aceleradamente, la modernización normativa aparece como un paso necesario para alinear el desarrollo tecnológico con las exigencias del ecosistema.