Las compañías más grandes la ven como un instrumento de productividad más que de crecimiento. Las más pequeñas parecen tener una visión más 'inmadura' del provecho que pueden sacar. Y ambas creen que los recursos y la falta de personal calificado son los grandes frenos para subirse a esta revolución.

Conocer el estado actual de la digitalización del sector privado fue el objetivo del estudio 'Digitalización de las empresas en Chile' que Entel Digital aplicó a ejecutivos de 628 compañías de todos los sectores y tamaños. Y los resultados —que serán analizados el lunes en un seminario— son una completa radiografía a la mirada, las expectativas y los desafíos que existen al respecto.
'Creo que uno de los principales hallazgos de este estudio es que da cuenta que las grandes empresas no están viendo a la digitalización como una herramienta de crecimiento, sino más bien para mejorar la eficiencia o ser más productivos. El digitalizarse e innovar es crucial para generar nuevos modelos, productos o servicios que les permitan a las empresas de todos los tamaños crecer y así impulsar al país y la sociedad en su conjunto, porque lo que Chile necesita es crecer, y crecer de la mano de la tecnología, crecer de forma innovadora y eficiente a la vez', sostiene Julián San Martín, vicepresidente de Negocios Digitales B2B de Entel.
Una mirada que contrasta con la de las pymes, que sí ven en lo digital una palanca de crecimiento y acceso a otros mercados. No obstante, la encuesta también denota una cultura digital más 'inmadura' en este grupo de compañías, donde la digitalización se asocia a conceptos como 'computación', 'modernidad' y 'página web'.
Un desbalance absoluto
'La brecha digital de las pymes ha sido históricamente significativa y, de acuerdo a nuestros estudios, se amplió en los últimos años debido a un avance más rápido de las grandes empresas en adopción digital y cambio organizacional a partir de la pandemia. Pese a ello, las pymes realizaron progresos importantes, principalmente debido a la necesidad de adoptar herramientas de comercio electrónico y teletrabajo durante las cuarentenas. Para muchas pequeñas empresas, esto significó traspasar el umbral hacia lo digital, sentando las bases para incorporarse a un proceso de mayor madurez en la adopción tecnológica', analiza María Teresa Vial, presidenta de la Cámara de Comercio de Santiago.
A su juicio, los siguientes pasos para este sector dependen de políticas públicas y apoyo de los gremios empresariales: 'Lo primero es mejorar el nivel de conocimiento del tipo de herramientas disponibles, sus implicancias e impactos-beneficios y también su accesibilidad. Históricamente existe el sesgo de pensar que las tecnologías son caras, lo que inhibe a muchas empresas de incursionar en su adopción'.
De hecho, tanto grandes empresas como pymes coinciden en esa percepción, de considerar los costos como la gran barrera para la digitalización. La otra es la falta de capital humano calificado en el área.
'La generación de tecnología está absolutamente desbalanceada respecto del talento existente para poder adoptarla en función a cada empresa. Las empresas deben invertir tanto en tecnología como en atraer este talento cuya disponibilidad es limitada aún, y el problema es que hoy estamos haciendo poco para acortar esa brecha', sostiene San Martín.
Desde Corfo, Claudio Maggi, gerente de Asuntos Estratégicos, afirma que la estatal tiene una 'agenda dedicada a promover el desarrollo productivo y tecnológico de las pymes, poniendo particular énfasis en su sostenibilidad, acceso a redes de apoyo y cierre de brechas en múltiples dimensiones'. En lo digital, destaca iniciativas como la plataforma de aprendizaje pymesenlinea.cl, la red Fortalece Pyme Digital con 19 centros de apoyo a pymes a lo largo del país, y Talento Digital para Chile, ejecutada por Fundación Chile y Kodea, que desarrolla cursos y certificaciones en competencias digitales, de la mano de Sence y la OTIC de Sofofa.
Otra brecha que revela el estudio es entre rubros. 'La idea aquí es generar conversaciones valiosas para responder interrogantes como por qué la construcción o el agro tienen una baja digitalización. Por ejemplo, en el agro hay muchos temas que se pueden resolver con más tecnología como, los logísticos, la gestión de agua o de manejo medioambiental, que los afectan profundamente', plantea San Martín.

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