La industria Fintech en Latinoamérica ha experimentado un crecimiento extraordinario en los últimos años, marcando hitos significativos en 2022 con una inversión que superó los 1,600 millones de dólares, reflejando un incremento del 120% respecto al año anterior, según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Este fenómeno se atribuye a diversos factores, como la rápida adopción tecnológica por parte de los consumidores, la imperiosa necesidad de inclusión financiera y un entorno regulatorio propicio para el sector.
Los pagos digitales seguirán ganando terreno en Latinoamérica. McKinsey estima que el valor de los pagos digitales en la región alcanzará los 2.5 billones de dólares en 2025. Este impulso se atribuye a factores como la mayor penetración de smartphones, mejoras continuas en las infraestructuras de telecomunicaciones y la creciente adopción de soluciones de pago sin contacto.
La tendencia de la banca abierta está cobrando fuerza en el territorio latinoamericano. Mario Aranda, Gerente General de Ionix Colombia, destaca la creciente colaboración en este sector. La banca abierta permite a los usuarios compartir datos financieros con terceros autorizados, como empresas Fintech, para acceder a nuevos productos y servicios financieros. Según el informe de Allied Market Research, se proyecta que el mercado de banca abierta alcance los $43.152 millones de dólares en 2026.
Las criptomonedas están ganando terreno en Latinoamérica, con un 46% de las personas bancarizadas dispuestas a realizar pagos con bitcoin. El informe «Cryptoasset Ecosystem in Latin America and the Caribbean» destaca que las empresas de criptoactivos están evolucionando hacia proveedores integrales de tecnología financiera, actuando como ventanillas únicas para inversores, consumidores y otras compañías.
La integración de modelos de negocio Fintech ofrece beneficios a las Pymes en Latinoamérica, como la modernización tecnológica y un mayor acceso a servicios financieros. Ayudan a estas empresas a optimizar procesos, mejorar la eficiencia y competitividad, y ofrecen soluciones como pagos electrónicos, gestión financiera y transferencias.
Con estas tendencias en mente, el panorama Fintech en Latinoamérica se perfila hacia una mayor innovación y crecimiento, consolidándose como un actor fundamental en la transformación del sector financiero en la región.