Las colocaciones bancarias a micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) no han logrado recuperar las cifras previas a la pandemia. De acuerdo al informe de la Asociación de Bancos (ABIF) a abril de este año, el flujo de préstamos comerciales a las empresas de este tamaño se mantiene estable en niveles muy bajos, ubicándose en el trimestre de diciembre a febrero en 37% bajo el nivel prepandemia. En contraste, el flujo de crédito a grandes empresas se mantiene más dinámico y estable, en un 6% sobre el nivel prepandemia.

Ante esta situación, las empresas de factoring han visto un aumento en sus flujos, posicionándose como alternativa para las mipymes que necesitan financiamiento. Desde la organización Empresas de Servicios Financieros (EFA), agrupación gremial que reúne a 22 empresas de factoring no bancario del país, informan que en los tres primeros meses del año han visto un aumento en las colocaciones del 12,29%. Y que en 2022 los flujos de financiamiento se expandieron en 25%. Las empresas que agrupa EFA suman colocaciones por US$ 837 millones.

Enrique Tenorio, vicepresidente de EFA, indica que a pesar de que la banca sigue siendo el actor principal en el financiamiento de las empresas de Chile, esta ha bajado sus colocaciones, mientras que las de las empresas de factoring han ido al alza. “Eso quiere decir que hay un trasvasije de negocio desde la banca a la industria de factoring y servicios financieros no bancarios”, afirma Tenorio.

Tomás Castro, socio de assurance e industria financiera en Deloitte, señala que en los últimos meses se ha observado “un aumento en las operaciones de factoring no bancario”. Según Castro, las razones detrás de este fenómeno son la desaceleración de la economía, y en consecuencia, una menor liquidez. A esto se suman las mayores exigencias de las instituciones bancarias para otorgar créditos.“Hay una correlación entre el aumento de las transacciones en operaciones de factoraje y la disminución de colocaciones, en particular en el segmento pyme. Esto como consecuencia de las políticas de otorgamiento de crédito más restrictivas de la industria bancaria, como mecanismo de control del riesgo de sus portafolios”, explica Castro. Y agrega que producto de esto se ha observado una búsqueda de financiamiento alternativo por parte del segmento pyme para gestionar el flujo de caja de sus operaciones.

Desde EFA señalan que el principal sector financiado en las carteras del factoring no bancario es el comercio, que representa un 18% de las colocaciones totales. A este le sigue el de construcción, con un 16%; el de agricultura, con un 12% ,y la industria manufacturera, con un 11%.Tenorio comenta que el factoring es una alternativa de financiamiento para las empresas que están generando facturas.

Este servicio consiste en un contrato, mediante el cual una empresa traspasa las facturas que ha emitido a un tercero, y a cambio obtiene de manera inmediata el dinero, con un descuento. Luego, la empresa de factoring realiza la cobranza de la factura original.

Mayores costos

Por otro lado, los dirigentes gremiales de las mipymes coinciden en que las empresas de factoring son una alternativa de financiamiento, pero afirman que se debe avanzar en mejorar las tasas de las empresas de factoring. Jorge Welch, presidente de la Asociación de Emprendedores de Chile (Asech), indica que “las alternativas en el mundo de factoring son una opción muy común de financiamiento para las pymes. El costo es mayor que el financiamiento bancario, pero muchas empresas no tienen otra opción”.

Juan Pablo Swett, presidente de la Multigremial de Emprendedores, asevera que “frente a una menor colocación de la banca, el factoring es una alternativa viable para financiar este tipo de empresas. Evidentemente hay espacio para mejorar en términos de tasas, sin embargo, es una alternativas que cada día está más al alcance de los emprendedores”. Así, Swett hace un llamado a trabajar en conjunto “para intentar ajustar las tasas lo más cercanas a las de la industria bancaria, para que sean más accesibles a la mipymes”.

COLOCACIONES

Los préstamos de la banca a las pymes han caído debido a una menor liquidez.