
El ecosistema fintech chileno vivió en 2025 un punto de inflexión. Además de los avances asociados a la Ley Fintech, el año estuvo marcado por la consolidación de tendencias que dejaron atrás la fase de pilotos para pasar a operaciones con impacto real en pagos, infraestructura, automatización e inteligencia artificial (IA).
Uno de los cambios más visibles se dio en el ámbito de los pagos digitales. Durante el año se consolidaron nuevas formas de pago y ecosistemas más integrados, con un aumento sostenido de actores en segmentos como adquirencia y servicios financieros especializados.'
Los pagos QR, las billeteras digitales, las transferencias inmediatas y los pagos cuenta a cuenta dejaron de ser complementarios para convertirse en soluciones de uso cotidiano, especialmente entre pymes y pequeños comercios', señala la directora ejecutiva de FinteChile, Josefina Movillo.
Esto se condice con algo que indicó en agosto el Informe de Sistemas de Pago del Banco Central: los chilenos mayores de 15 años realizan, en promedio, más de un pago digital al día, lo que representa un crecimiento de 18% respecto a 2024.
Este proceso fue acompañado por un cambio estructural en la forma de operar los pagos. 'El foco dejó de estar solo en el medio de pago y pasó a la infraestructura que lo habilita', explica el country manager de Fintoc, Ignacio Fernández.
Según el ejecutivo, la aceleración de las transferencias como medio de pago ha reducido fricciones operativas para las empresas, permitiendo conciliaciones automáticas, pagos en tiempo real e integración directa con sistemas internos. A su vez, la mayor disponibilidad de infraestructura intensificó la competencia, ampliando la oferta y reduciendo la dependencia de instrumentos físicos para los usuarios.
2025 también fue el año en que la Ley Fintech comenzó a mostrar su bajada técnica. La puesta en marcha del Registro de Prestadores de Servicios Financieros y el funcionamiento de un foro consultivo impulsado por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) para el desarrollo de una institucionalidad que acompañe la implementación de la normativa marcaron el paso desde la discusión hacia la ejecución.
Movillo afirma que el impacto concreto ya se empieza a ver: 'Las empresas fintech, y también algunas instituciones financieras tradicionales, están desarrollando infraestructura, estándares, controles y capacidades internas para operar bajo este nuevo paradigma'.
No obstante, sostiene que observan con preocupación que la CMF, en su última consulta pública, haya propuesto retrasar en un año la entrada en vigencia del Sistema de Finanzas Abiertas (SFA), llevándola a julio de 2027.
APIs, IA y automatización
El nuevo marco regulatorio puso este año a las APls y a la automatización en el centro del ecosistema. La integración estandarizada comenzó a habilitar modelos de colaboración, productos embebidos y servicios financieros más flexibles. 'El hoy ya no es solo el canal, sino la capacidad de orquestar servicios (pagos, datos, verificación y antifraude) vía APIs', explica el gerente de operaciones y cofundador de Kuvasz, Christian Montesdeoca. En este contexto, dice que la automatización se volvió crítica para operar de forma continua, reducir incidentes y ofrecer experiencias más estables en entornos transaccionales de alta exigencia.
Además, señala que los pagos QR y las experiencias de pago simples se afianzaron como interfaz de pagos, pero que 'el valor real está en la capa 'invisible': interoperabilidad, reglas, compensación y controles'.
La IA también se abrió paso con más fuerza en el ecosistema, aunque para el gerente general de FinFast, Cristóbal Brunetti, a lo que hay que apuntar no es a 'usar más IA, sino usarla mejor, en un contexto regulado y comercialmente exigente'.
Este enfoque ha llevado a las fintech a priorizar trazabilidad, resguardo de la información y control humano en decisiones sensibles, además de fortalecer datos y capacidades internas antes de escalar soluciones más sofisticadas.
Lo que viene
Una vez terminado el 2025, el mayor impacto para la industria vendrá desde la implementación efectiva del SFA, la consolidación de pagos interoperables en tiempo real y el uso 'más intensivo' de datos para ofrecer servicios financieros 'más personalizados, competitivos y accesibles', señala Movillo.
El principal desafío pendiente será 'pasar del diseño a la ejecución impecable, sin retrasos ni interpretaciones restrictivas que desvirtúen el espíritu de la ley', junto con seguir avanzando en talento, inversión y escalamiento internacional. Con estas condiciones, añade Movillo, Chile tiene la oportunidad de consolidarse como un hub fintech regional, siempre que 'la innovación financiera no sea un fin en sí mismo, sino una herramienta para mejorar la vida de las personas y fortalecer el desarrollo económico del país'.